La Contrarreforma fue el proceso de renovación realizado por la Iglesia católica para detener la expansión del Protestantismo. Para ello, el papa Pablo III convoco el Concilio de Trento (1545-1563) para reformar la Iglesia y establecer los dogmas y ritos de obligado cumplimiento. Los principales acuerdos tomados fueron:
Dogmas:
La salvación se consigue a través de la Fe, pero también por las buenas obras.
Se reafirman los siete sacramentos y el culto a la Virgen y a los santos.
Se declara la Vulgata de San Jeronimo en latín, la única interpretación valida de la Biblia.
Inmaculada de Murillo. El culto a la Virgen
adquirió una enorme importancia
en los países católicos como España.
Las iglesias católicas se caracterizan por la abundante decoración
y la presencia de imágenes de la Virgen y los Santos.
Reforma eclesiastica:
Prohibición de las indulgencias.
Creación de seminarios para formación del clero.
Obligación del clero de llevar una vida ejemplar y guardar celibato.
Catecismo, incluye los dogmas y normas morales de la Iglesia Católica.
El otro gran pilar de la Contrarreforma fue la reforma de la ordenes religiosas, con la creación de otras nuevas. La más importante fue la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola en 1540:
Los Jesuitas realizaban un voto especial de obediencia al Papa.
Se convirtieron en el principal instrumento de difusión de la Contrarreforma.
El Tribunal de la Inquisición.
En 1542 se creo la Congregación del Santo Oficio o Inquisición romana, un tribunal eclesiástico encargado de perseguir a los que se desviaban de los dogmas de la Iglesia. Tenía dos funciones principales:
Juzgaba a los sospechosos de herejía en un acto público, auto de fe, en el que los condenados debían abjurar de sus creencias, si no lo hacían eran ejecutados.
Controlaba y autorizaba la publicación de libros, mediante la Congregación del Indice, que elaboraba una lista de libros prohibidos.
Auto de fe en Madrid.
Indice de libros prohibidos.
Las guerras de religión.
La ruptura religiosa desemboco en una serie de guerras entre católicos y protestantes, y la extensión de la intolerancia religiosa por el continente. En los países protestantes las iglesias fueron saqueadas y las imágenes destruidas, en los católicos se persiguió a los protestantes considerados herejes.Se produjeron importantes conflictos como las guerras de religión en Francia o la guerra de los Treinta Años. La idea de la tolerancia religiosa no se impuso en Europa hasta un siglo más tarde.
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